Doblegado a la belleza natural de este país me sentí por esos días.
Belleza dramática por doquier.
Al terminar con la excursión de la isla norte y tras un viaje de 3 hs de Ferry entre las islas llegué a la isla Sur.
Rayos y centellas: Esta isla está inundada de parques nacionales!. Fiel al espíritu del viaje ( No saber muy bien como seguirlo)\, desde Picton decidí partir a Nelson a encontrarme con más y más naturaleza ya que las ansías de asfalto, smog, ruido y ciudades de verdad nunca fueron colmadas y por supuesto ya a esa altura del viaje, me entregué a la llamada de la naturaleza . Quién lo hubiera dicho, Yo, rata de ciudad, que podrían confundirme con un murciélago porque cómo ya saben le escapo al sol y tengo una atracción ingobernable por la oscuridad y la luna.
En fin, al vampiro le habían cortado las alas y se sumergía a la aventura convertido en un ratón campestre. Vaya si lo fue.
Desde Nelson, un pueblito, (son todos pueblitos acá exceptuando Auckland, Wellington y Christchurch que sumados a duras penas llegan a sumar la 3er parte de Buenos Aires), partí hacia Abel Tasman ( 2 hs de Micro). Un parque Nacional con playas de arena blanca, islas, bosques, manglares, cascadas, ríos, puentes colgantes, delfines, focas, y tiburones en un camino solo de acceso terrestre, sin ningún tipo de posible ingreso de vehículos. Caminé 3 días para recorrer este paraíso terrenal junto a una mochila llena de comida. Noches de luna increiblemente llena resplandeciendo en la playa quedaron impregnadas en mis pupilas. Ante semejante escenario la vida se te pasa como en un segundo, nada importa. Fue tan fuerte el destello de la luna que el recuerdo de tardes de sol en bahías con delfines y focas danzando en el agua, queda excesivamente dismínuido.
Luego de 3 días de tremendo golpe de naturaleza y carencia de civilización, me quedaba volver en lancha desde Barks Bay para no volver a caminar durante 3 días sin sobrantes de comida. Caminando a un promedio de 10, 12 hs por día volví exhausto y con algunos dolores en mi maltraída pierna. Nada que el gusto de lo vivído no pudiera superar. Me esperaba una cama caliente en Nelson.
Pude sacar algunas fotos hasta que me quedé sin pilas.
PD: Para aquellos que preguntan donde dormí: Hay unas cabañas en el parque nacional que tienen agua potable, un baño químico y una colchoneta (varias).
Nota de Autor: Las 2 noches que ahí pasé, ingresan al top ten de grandes recuerdos de mi vida. Si algún día escribo mis memorias puedo decir que he sido féliz. Gracias a esa inmersión en la naturaleza.
Próximo Post: Christchurch.

3 comentarios:
Hola Hiji!! Que lindo lugar!! es muy parecido a nuestro sur, solo se diferencia por la arena y algo la vegetacion.
No puedo dejar de hacerte un reclamo sino no seria yo, que pena que tuviste que distanciarte tanto de tu familia para ser feliz!! y bue! Asì es la vida. Disfruta y seguì siendo todo lo feliz que puedas, si vos sos feliz nosotros tambien. Te amo. Mami
Her!
Que bueno leerte así de feliz. Esa profunda alegría es contagiosa.
Te quiero loco!
Seguí así y cuidate
HOla!!
me encanta tu blog. Soy Catalana y vengo a Nueva Zelanda en septiembre! Tu blog me esta dando muchas más ganas de volar yaa!!!
Un beso
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